Desde Huesca tomamos la N-330 dirección Sabiñánigo y luego por la N-260 llegamos a Biescas. 3 km después, dirección Formigal, encontramos un desvío hacia la ermita de Sta. Elena, pasamos un puente y seguimos hasta llegar a una barrera que nos obligará a aparcar.
APROXIMACIÓN
Descendemos por el PR HU 78 y llegaremos a la primera pared. 2\'.Ésta justo al lado de aparcamiento, es una senda que baja un poco y allí encontraremos el cartel del inicio de la ferrata.
RECORRIDO
La leyenda dice que la emperatriz Elena, hoy santa, vino a parar a estas montañas huyendo de la persecución de los moros. Santa Elena en su camino de huida se sentó a descansar un momento y luego prosiguió su fuga hasta llegar a la zona de la actual ermita, entonces una cueva y donde las arañas tejieron gruesos hilos para ocultarla de sus perseguidores. El lugar donde se sentó a descansar la Santa brotó, como un milagro, el agua y la piedra tomó la forma de una silla y sus pisadas quedaron marcadas en el suelo.
En la cueva se construyó una fuente y una ermita cuya parte más antigua data del siglo XIII pero la cual ha sufrido no pocas reformas a lo largo de su historia.
Actualmente, para llegar a la zona de la ermita hay dos opciones, una es peregrinar por un camino de 25 minutos y otro es subir por la vía ferrata.
La ferrata en sí consiste en una serie de 6 resaltes bien equipados, relativamente verticales y sin dificultad alguna. Hemos visto gente hacerla sin ningún equipamiento de seguridad, vista la facilidad del recorrido hasta podemos entenderlo aunque en absoluto lo recomendamos.
Vale la pena su visita sólo si nos viene de paso, siendo un buen aperitivo de la Vía ferrata del Sorrosal en Broto, por si misma la vía de Santa Elena no justificaría un largo viaje.
Por cierto, el caprichoso caudal de la fuente es atribuido al estado de ánimo de la Santa, que en ocasiones (si los pobladores no se portan bien) llega a inundar la pradera situada delante del santuario. Por suerte, se considera que este agua tiene poderes curativos.
MAPA
FOTOS
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